El lavavajillas se ha convertido en un electrodoméstico imprescindible en muchos hogares. No solo nos ahorra tiempo y esfuerzo en la limpieza de los platos, sino que también nos ofrece la comodidad de obtener resultados más higiénicos. Pero, ¿realmente el lavavajillas desinfecta nuestros platos de manera efectiva? En este artículo, vamos a explorar los beneficios y limitaciones del lavavajillas en términos de desinfección.
¿Agua fría o caliente?
Cuando lavamos los platos a mano, es común utilizar agua fría y jabón para eliminar la suciedad visible. Sin embargo, este método no es suficiente para desinfectar los platos de gérmenes y bacterias. Según la Food and Drug Administration (FDA), se recomienda lavar los platos con agua tibia y jabón para eliminar los restos de comida, que pueden convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias.
El uso de agua caliente en el lavavajillas ofrece varias ventajas en términos de desinfección:
- Elimina la grasa y las manchas con más facilidad: El agua caliente afloja las moléculas de grasa, permitiendo que el detergente las capture y las elimine de manera más efectiva.
- Mata bacterias y microorganismos: El agua caliente tiene propiedades esterilizadoras, lo que reduce significativamente el riesgo de bacterias e intoxicación alimentaria.
- Tiene mayor poder de limpieza: El agua caliente acelera el proceso de disolución de los alimentos y la suciedad en los platos, lo que se traduce en menos tiempo y esfuerzo en la limpieza.
- Reduce el tiempo de secado: El agua caliente seca más rápidamente en los platos, lo que ayuda a prevenir la propagación de microorganismos causados por la humedad.
Por otro lado, el lavado de platos con agua fría tiene sus limitaciones:
- No mata gérmenes ni bacterias: Aunque el agua fría puede inactivar algunas bacterias y gérmenes, no los elimina por completo. Se recomienda enjuagar los platos con agua caliente al final para una desinfección más efectiva.
- No elimina la grasa por completo: Las grasas se vuelven espesas y viscosas a bajas temperaturas, lo que dificulta su eliminación con agua fría.
- No elimina por completo el jabón: El lavado de platos con agua fría puede dejar una capa turbia de jabón en la superficie. Además, el agua fría no disuelve los jabones y detergentes tan eficazmente como el agua caliente, lo que puede dejar residuos de jabón en los platos.
- No elimina la viscosidad: Sustancias espesas como grasas, mermeladas y miel se vuelven viscosas a bajas temperaturas, lo que dificulta su eliminación con agua fría.
A pesar de estas limitaciones, el agua fría puede ser efectiva en ciertos casos, especialmente cuando se utiliza el detergente adecuado. Los restos de productos lácteos como helado, yogur y leche se limpian mejor con agua fría.
Otros aspectos importantes
Además del agua, hay otros factores a tener en cuenta para una correcta desinfección de los platos:
- El detergente: El tipo de detergente que utilizamos es tan importante como la temperatura del agua. Los detergentes contienen tensioactivos que tienen efecto sobre la grasa y el aceite de los platos sucios, pero estos compuestos requieren calor para una limpieza rápida y eficaz.
- La esponja: Es recomendable utilizar una esponja con superficie de fregado, como cerdas de nailon. Además, debemos limpiar la esponja con frecuencia con una solución desinfectante y reemplazarla regularmente.
- El remojo: Dejar los platos en remojo en agua caliente y jabón durante unos minutos ayuda a eliminar la suciedad y facilita el proceso de limpieza.
- El orden: Es importante empezar a lavar los platos menos sucios y grasientos, como la cristalería y los vasos, y luego pasar a los platos y cubiertos. Las ollas y sartenes más sucias deben dejarse para el final.
- El secado: Es preferible dejar que los platos se sequen al aire libre en lugar de utilizar un paño o toalla, especialmente si no están completamente limpios, ya que esto puede favorecer la propagación de gérmenes.
Desinfección efectiva de los platos
Según la organización Stop Foodborne Illness, hay dos métodos efectivos para desinfectar los platos:
- Poner los platos en agua caliente a una temperatura de al menos 75ºC durante al menos 30 segundos.
- Remojar los platos en una solución desinfectante de lejía y agua.
Estos métodos garantizan una desinfección adecuada de los platos, eliminando la mayoría de los gérmenes y bacterias presentes.
El lavavajillas es una herramienta útil para la limpieza y desinfección de los platos. El uso de agua caliente, junto con un detergente adecuado, proporciona una limpieza más efectiva y elimina una mayor cantidad de gérmenes y bacterias. Sin embargo, tener en cuenta que el lavavajillas no es infalible y que ciertos utensilios y superficies pueden requerir métodos adicionales de desinfección, como el remojo en agua caliente o el uso de soluciones desinfectantes. Al seguir los consejos y recomendaciones mencionados en este artículo, podremos disfrutar de platos más limpios y seguros para nuestra salud.
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