El lavado nasal con solución salina es una técnica que ayuda a limpiar los conductos nasales, eliminando residuos, polen y exceso de moco. Además, añade humectación y previene las infecciones de los senos paranasales. En este artículo, te explicaremos cómo hacer un lavado nasal correctamente y los beneficios que puede aportar a tu salud respiratoria.

Beneficios del lavado nasal
El lavado nasal es especialmente recomendado para personas que sufren de alergias nasales, ya que ayuda a reducir los síntomas y prevenir las infecciones sinusales. Algunos de los beneficios más destacados son:
- Limpieza de los conductos nasales: El lavado nasal ayuda a eliminar el polen, el polvo y otros residuos que se acumulan en los conductos nasales.
- Reducción del exceso de moco: El lavado nasal contribuye a eliminar el exceso de moco en las vías respiratorias, facilitando la respiración y reduciendo la congestión nasal.
- Humedecimiento de la mucosa nasal: El lavado nasal añade humedad a los conductos nasales, lo cual es especialmente beneficioso en climas secos o en épocas de calefacción.
- Prevención de infecciones sinusales: El lavado nasal ayuda a prevenir las infecciones de los senos paranasales, ya que elimina los agentes irritantes y bacterias que pueden causar estas infecciones.
Cómo hacer un lavado nasal
Para hacer un lavado nasal, necesitarás una solución salina (agua de mar, suero o agua con sal) y un utensilio que te permita introducir el agua en la nariz (jeringuilla, sprays, peras de goma, lotas, etc.). A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacer un lavado nasal correctamente:
Paso 1: Preparación
Reúne todos los materiales necesarios para hacer el lavado nasal, como la solución salina, un recipiente para mezclarla, un utensilio para introducir el agua en la nariz y pañuelos. Asegúrate de tener todo a mano antes de comenzar.
Paso 2: Mezcla la solución salina
Prepara la solución salina mezclando agua tibia con sal. La cantidad de sal dependerá del recipiente que utilices, pero generalmente se recomienda una cucharadita de sal por cada taza de agua. Mezcla bien hasta que la sal se disuelva por completo.
Paso 3: Posiciónate adecuadamente
Flexiona el tronco hacia adelante y coloca tu cabeza sobre un fregadero. Asegúrate de que tu cabeza esté ligeramente inclinada hacia un lado.
Paso 4: Introduce la solución salina
Utiliza el utensilio que hayas elegido para introducir la solución salina en una de las fosas nasales. Respira por la boca de manera pausada mientras giras la cabeza hacia un lado. El agua fluirá a través de las fosas nasales y saldrá por la otra fosa.
Paso 5: Repite el proceso
Repite el proceso del paso 4 con la otra fosa nasal. Una vez hayas vaciado la mitad de la solución salina, detente y sonarse la nariz suavemente. Luego, repite el proceso con la otra fosa nasal.
Paso 6: Precauciones
Algunos autores advierten sobre posibles efectos adversos en los oídos al hacer un lavado nasal. Para evitar esto, tener cuidado al sonarse. Es recomendable espirar suavemente por los dos orificios nasales hacia el fregadero para eliminar el agua restante. Luego, secarse suavemente con un pañuelo y realizar una inspiración profunda con los dos orificios destapados para sonarse hacia atrás.
Problemas frecuentes y soluciones
A continuación, te presentamos algunos problemas frecuentes que puedes encontrar al hacer un lavado nasal y sus posibles soluciones:
Problema: El agua llega hasta la garganta y no puedo respirar
Solución: Flexiona la cabeza de manera que no puedas verte en el espejo delante de ti. Debes poder ver tu axila.
Problema: El agua no sale por el otro lado
Solución: Flexiona más la cabeza o verifica si hay un tapón de secreciones o inflamación que impide el paso del agua. Si las secreciones están pegadas, intenta durante unos segundos y, si no logras que pase el agua, detente y vuelve a intentarlo más tarde.
Problema: Aún hay secreciones en la nariz después de hacer el lavado nasal
Solución: Vuelve a llenar el utensilio con la solución salina y repite el proceso.
Problema: La oreja se tapona al sonarse
Solución: Disminuye la fuerza al sonarte y verifica que el aire puede circular antes de hacer las inspiraciones.
Problema: Sigue bajando agua o secreciones después del lavado
Solución: Ten paciencia y sécate suavemente. Es posible que los senos se hayan llenado de agua y las secreciones se vayan liberando gradualmente.
Aunque la mayoría de las personas pueden beneficiarse de los lavados nasales, tener en cuenta algunas contraindicaciones. No se deben realizar lavados nasales en caso de sangrados nasales importantes, después de cirugía endoscópica nasal o si se tiene el reflejo de deglución disminuido.
Si no presentas ninguna de estas limitaciones, el lavado nasal puede ser una técnica muy beneficiosa para gestionar los síntomas de alergia nasal, prevenir infecciones sinusales y mejorar tu salud respiratoria en general.
Lavado nasal en bebés
Los bebés también pueden beneficiarse de los lavados nasales, ya que les ayuda a eliminar los mocos y a respirar mejor. Sin embargo, es importante realizar el lavado nasal de manera adecuada y tomar algunas precauciones. A continuación, te explicamos cómo hacer un lavado nasal en bebés:
Es seguro hacer lavados nasales en bebés siempre y cuando se realicen correctamente. Algunas recomendaciones importantes son:
- Lavar la nariz del bebé antes de darle la toma o antes de dormir, especialmente después del baño.
- Utilizar suero fisiológico de 0,9%, hipertónico o agua de mar.
- Utilizar una jeringa de 5 mililitros en lugar de dispositivos especiales.
- Pasar una gasa húmeda por la nariz del bebé para quitar los mocos resecos antes de hacer el lavado nasal.
- Colocar al bebé tumbado con la cabeza ligeramente inclinada a un lado.
- Inyectar suero o solución salina en uno de los orificios nasales manteniendo el otro destapado.
- Cambiar de lado la cabeza del bebé para repetir el lavado nasal en el otro orificio nasal.
- Realizar pequeños golpecitos en la espalda si los mocos no salen completamente.
Si el bebé continúa con la nariz taponada, se puede esperar unos minutos, masajear la zona del esternón para reblandecer los mocos y volver a hacer el lavado nasal.
Recuerda que un lavado nasal bien hecho puede evitar complicaciones y mejorar el bienestar de tu bebé.
El lavado nasal es una técnica sencilla y efectiva para limpiar los conductos nasales, reducir los síntomas de la alergia nasal y prevenir infecciones sinusales. Siguiendo los pasos adecuados y tomando las precauciones necesarias, puedes beneficiarte de esta técnica tanto en adultos como en bebés. Recuerda consultar con un especialista si tienes alguna duda o si presentas alguna contraindicación para realizar el lavado nasal.
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