Una almohada es un elemento esencial para tener un buen descanso y mantener una postura correcta durante el sueño. Sin embargo, con el paso del tiempo, nuestras almohadas pueden acumular suciedad, sudor, saliva y manchas que afectan tanto a su apariencia como a su higiene. Por eso, es importante saber cómo lavar una almohada en la lavadora de manera adecuada para mantenerla limpia y en buen estado.
¿Por qué las almohadas se ponen amarillas?
Las almohadas adquieren un tono amarillento debido a la acumulación de sudor y saliva con el paso del tiempo. Durante el sueño, sudamos y, aunque utilicemos fundas de almohada, el sudor puede filtrarse a través del tejido y manchar la almohada. Además, es común que en algún momento durmamos con la boca abierta y babemos, lo que también contribuye a las manchas amarillas en la almohada.
Para evitar que las almohadas se vuelvan amarillas, es recomendable lavarlas regularmente. Lo ideal es lavar las almohadas al menos dos veces al año o incluso una vez al trimestre, dependiendo del uso y la suciedad acumulada.
¿Influye el tipo de relleno de la almohada?
A la hora de lavar una almohada, es importante considerar el tipo de relleno que tiene. Existen almohadas de látex, fibra y viscoelástica, cada una con sus propias características de lavado.
Almohadas de látex
Si tienes una almohada de látex hipoalergénica, no es necesario lavarla, ya que este tipo de almohada evita la aparición de bacterias y ácaros. Sin embargo, si decides lavarla, es recomendable hacerlo a mano o en la lavadora utilizando el programa de prendas delicadas. Mezcla agua tibia con detergente líquido, humedece un paño y frota suavemente las manchas. Luego, presiona la almohada con toallas secas para eliminar el exceso de agua y déjala secar al aire libre en una superficie plana.
Almohadas de viscoelástica
Las almohadas de viscoelástica no se recomienda lavarlas, pero si en la etiqueta indica que se pueden lavar, debes tener en cuenta si es una almohada moldeada o transpirable. Si es moldeada, puedes lavarla como una almohada de látex. Si es transpirable y se puede lavar en la lavadora, utiliza el programa de prendas delicadas y coloca un par de pelotas de tenis en la lavadora para evitar que se deforme durante el lavado. Al finalizar, presiona la almohada para eliminar el agua y déjala secar al aire libre.
Almohadas de fibra
Las almohadas de fibra se pueden lavar a mano o en la lavadora. Si decides lavarlas a mano, sigue los mismos pasos que para las almohadas de látex o viscoelástica. Si optas por lavarlas en la lavadora, utiliza el programa de prendas delicadas con agua tibia y un detergente líquido suave. No olvides colocar pelotas de tenis para evitar deformaciones. Si tienes secadora, puedes utilizar un programa suave con aire caliente o dejar que se sequen al aire libre.
¿Cómo blanquear la almohada?
Si tu almohada ha perdido su blanco original y quieres blanquearla, puedes utilizar una mezcla de ingredientes caseros para lograrlo. Necesitarás los siguientes elementos:
- 1 taza de detergente para lavar ropa
- 1 taza de detergente biodegradable para lavavajillas
- 1 taza de blanqueador casero (mezcla 3 litros de agua, 125 ml de jugo de limón y 250 ml de agua oxigenada)
- 1/2 taza de bórax
- Guantes para proteger las manos
- Agua caliente
Introduce la almohada en la lavadora con un ciclo de agua caliente y agrega los ingredientes en el cajetín. Elige un programa con dos enjuagues para asegurarte de eliminar todos los residuos de los productos utilizados. Utiliza esta técnica para devolverle el blanco a tu almohada y evita las manchas amarillas en el futuro. Si necesitas renovar tu almohada, siempre opta por una hipoalergénica para garantizar una mejor calidad de sueño y cuidado de tu salud.
Lavar una almohada en la lavadora es una tarea sencilla si se siguen los pasos adecuados. Tener en cuenta el tipo de relleno de la almohada y leer las instrucciones de lavado antes de proceder. Mantener las almohadas limpias y libres de manchas amarillas contribuye a un mejor descanso y a una mayor higiene. Recuerda lavar tus almohadas al menos dos veces al año o más frecuentemente según sea necesario.
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